viernes, 24 de febrero de 2012

Elegir

Buenas

Para esta semana este texto sacado del libro "Cuentos para regalar a personas originales" de Enrique Mariscal:
Luis Siempre estaba de buen humor y siempre tenia algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, él respondía: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
Era un gerente único porque tenia varias camareras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las meseras seguían a Luis era por su actitud. Él era un motivador natural: Si un empleado tenia un mal día, Luis estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación.

Ver este estilo realmente me causo curiosidad, así que un día fui a buscar a Luis y le pregunte: “No lo entiendo… no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo haces?” Luis respondió: “Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo, Luis, tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de malhumor. Escojo estar de buen humor”. “Cada vez que sucede algo malo puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello”. “Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo enseñarle el lado positivo de la vida”.
“Si claro pero no es tan fácil (proteste)”. “Si lo es”, dijo Luis. “Todo en La vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tu eliges como reaccionas a cada situación, tu eliges como la gente afectara tu estado de animo, tu eliges estar de buen humor o mal humor”. En resumen: “TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”.
Reflexione en lo que Luis me dijo. Poco tiempo después, deje la Industria de restaurantes para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Luis cuando tenia que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar a ella.

Varios años mas tarde, me entere que Luis hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante: Dejo la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por 3 ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbalo de la perilla de combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.
Con mucha suerte, Luis fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Luis fue dado de alta aun con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Luis seis meses después del accidente y cuando le pregunte como estaba, me respondió: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”. Le pregunté que paso por su mente en el momento del asalto. Contesto: “Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenia 2 opciones. Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir”.
“¿No, sentiste miedo?”, le pregunté. Luis continuo – “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones de las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asuste… podía leer en sus ojos: es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión.” “¿Que hiciste?”, pregunté. “Bueno… uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grite: “Sí, a las balas”. Mientras reían les dije: “Estoy escogiendo vivir… opérenme como si estuviera vivo, no muerto”.
Luis vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendí de que cada día tenemos la elección de vivir plenamente. La ACTITUD, al final, lo es todo.

Interesante historia para reflexionar, pensar y decidir que actitud elegimos. Porque incluso en las peores circunstancias puedo elegir. Cito a  Viktor Frankl  cuando dice:
“Nosotros quienes hemos vivido en campos de concentración, recordamos a los hombres que caminaban entre las chozas atendiendo y cuidando a los demás, entregándoles hasta el último pedazo de pan. Puede que estos hayan sido los menos pero ofrecen suficiente evidencia que se le puede quitar todo a un hombre salvo algo: la última de sus libertades humanas: el poder elegir la actitud bajo cualquier circunstancia, el poder elegir su propio camino”. 
Así pues ¿qué actitud eliges hoy?

Ánimos y elegir lo que mejor os venga.
Iñigo

viernes, 17 de febrero de 2012

El Manifiesto Holstee

Buenas de nuevo. 

La propuesta de esta semana es el manifiesto Holstee. Holstee es una marca de productos de diseño sostenible cuyos creadores Mike Fabian y Dave dicen: "Lo que hicimos fue sentarnos en los escalones de Union Square y escribir lo que teníamos en nuestras mentes y en la punta de la lengua. No trataba de playeras ni nuestros empleos anteriores. Se trataba de lo que queríamos en la vida y de como crear una compañía que llevara esa pasión al mundo, todos los días. Era un recordatorio de por qué estábamos vivos." Este es:



Manifiesto Holstee
Esta es tu vida, haz lo que te gusta y hazlo enseguida.
Si algo no te gusta, cámbialo. Si no te gusta tu trabajo, déjalo.
Si sientes que te falta tiempo, olvida la televisión.
Si estás buscando el amor de tu vida, detente; estará esperando por ti cuando tú comiences a hacer las cosas que amas.
No analices en exceso.
Todas las emociones son hermosas.
La vida es simple.
Cuando comas, aprecia cada bocado.
Abre tu mente, tus brazos y tu corazón a nuevas cosas y nueva gente.
Estamos unidos en nuestras diferencias.
Pregúntale a la próxima persona que veas, cuál es su pasión y comparte tu sueño.
Viaja con frecuencia.
Perderte te ayudará a encontrarte a ti mismo.
Algunas oportunidades sólo se presentan una vez, aprovéchalas.
La vida es la gente que conoces y las cosas que creas con ellos, así es que camina hacia fuera y empieza a crear.
La vida es corta.
Vive tu sueño y comparte tu pasión.


Una propuesta muy inspiradora que nos provoca para vivir nuestros sueños desde la pasión y la conexión con los demás. ¿Cual es tu manifiesto?. Propongo elaborar uno propio que nos guíe y nos enfoque a la apasionante aventura de vivir. 
Abrazos y gracias a todos.
Iñigo

viernes, 10 de febrero de 2012

Sentarse y disfrutar

Buenas de nuevo.
Otra semana y otra historia de  PlanoCreativo


El Comerciante Y El Pescador 
Enzo, un rico comerciante Puerto Ayacucho, visita a las comunidades indígenas del alto Orinoco y se horroriza cuando ve a Orawë, indígena yanomami tumbado tranquilamente en su chinchorro (especie de hamaca) mascando tabaco.-¿Por qué no sales a pescar? – le pregunta Enzo.
- Porque ya he pescado bastante hoy – le contesta Orawë.
- ¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas? -insiste el comerciante.
- ¿Y qué iba a hacer con ello? – pregunta a su vez el indio.
- Ganarías más dinero. De ese modo podrías poner un motor fueraborda en tu canoa. Entonces podrías llegar lejos en el río y pescar más peces. Y así ganarías lo suficiente para comprar una red de nylon, con lo que obtendrías más pescado y más dinero. Pronto ganarías para tener dos canoas y hasta dos motores y más rápidos… Entonces serías rico como yo.
- ¿Y qué haría entonces? – preguntó de nuevo el indígena.
- Podrías sentarte y disfrutar de la vida – respondió el comerciante.
- ¿Y qué crees que estoy haciendo en este momento? – Respondió satisfecho el indio Orawë.

Buena historia para reflexionar sobre nuestras prioridades, sobre que buscamos en esta vida. ¿Tenemos que esperar a que nos detecten una enfermedad para aprender donde esta lo verdaderamente importante?. ¿Donde buscamos nuestra felicidad y bienestar?. Vamos a dar una vuelta a este tema y vamos a actuar en consecuencia. ¿Qué os parece?.
Un saludo y a seguir.
Iñigo
P.D.: Gracias por el apoyo semanal. (Seguimos agradeciendo).

viernes, 3 de febrero de 2012

Hola de nuevo.
Otra semana y esta vez con un interesante texto de Jorge Bucay (Cuenta conmigo) que nos anima a disfrutar de la vida y a luchar por nuestros objetivos sabiendo que tienen un precio que tenemos que estar dispuestos a pagar por que si no....

La visita de tu vida
Había una vez un señor que estaba haciendo una gira turística por Europa. Al llegar al Reino Unido compro en el aeropuerto una especia de Guía de los castillos de la isla. Algunos tenían días de visita y otros horarios muy estrictos. Pero el más llamativo era el que se presentaba como “La visita de tu vida”.

En las fotos, por lo menos, parecía un castillo ni más ni menos espectacular que otros, pero se lo recomendaba muy especialmente… Se explicaba allí que, por razones que después se comprenderían, las visitas no se pagaban por anticipado, pero era imprescindible pactar anticipadamente una cita, es decir, día y hora. Intrigado por lo diferente de la propuesta, el hombre llamo desde su hotel esa misma tarde y acordó un horario.
Las cosas han sido siempre iguales en el mundo, basta que uno tenga una cita importante, con hora precisa y necesidad de ser puntual para que todo se complique. Esta no fue una excepción y diez minutos mas tarde de la hora pactada el turista llego al palacio. Se presento ante un hombre con falda a cuadros que lo esperaba y que le dio la bienvenida.
-¿Los demás ya pasaron con el guía? - Pregunto, no viendo a ningún otro visitante.
-¿Los demás? – Repregunto el hombre- No. Las visitas son individuales y no tenemos guías que ofrecer.
Sin Hacer mención al horario, le explico un poco de la historia del castillo y le menciono algunas cosas sobre las que debía prestar atención. Las Pinturas en los muros. Las armaduras del altillo. Las maquinas de guerra del salón norte, debajo de la escalera, las catacumbas y la sala de torturas en la mazmorra. Dicho esto, Le dio una cuchara y le pidió que la sostuviera horizontalmente con la parte cóncava hacia el techo.
-¿Y esto? – Pregunto el visitante.
-Nosotros no cobramos un derecho de visita. Para evaluar el costo de su paseo recurrimos a este mecanismo. Cada visitante lleva una cuchara como esta llena hasta el borde de arena fina. Aquí cabe exactamente 100 gramos. Después de recorrer el castillo pesamos la arena que ha quedado en la cuchara y le cobramos una libra por cada gramo que haya perdido… Una manera de evaluar el coste de la limpieza –explico.

-¿Y si no pierdo ni un gramo?.

-Ah, mi querido señor, entonces su visita al castillo será gratuita.
Entre divertido y sorprendido por la propuesta, el hombre vio como el anfitrión colmaba de arena la cuchara y luego comenzó su viaje. Confiando en su pulso, subió las escaleras muy despacio y con la vista fija en la cuchara. Al llegar arriba, a la sala de armaduras, prefirió no entrar porque le pareció que el viento haría volar la arena y decidió bajar cuidadosamente. Al pasar junto al salón que exhibía las maquinas de guerra, debajo de la escalera, se dio cuenta que para verlas con detenimiento era necesario inclinarse forzadamente sosteniéndose de la barandilla. No era peligroso para su integridad, pero hacerlo implicaba la certeza de derramar algo del contenido de su cuchara, así que conformo con mirarlas desde lejos. Otro tanto le pasó con las mas que empinada escalera que conducía a las mazmorras. Por el pasillo de regreso al punto de partida, camino contento hacia el hombre de la falda escocesa que la aguardaba con una balanza. Allí vació el contenido de su cuchara y espero el dictamen del hombre.

- Asombrado, ha perdido menos de medio gramo –anuncio- , lo felicito, tal como usted predijo, esta visita le ha salido gratis.
- Gracias…
-¿Ha disfrutado la visita? - pregunto finalmente el de la recepción.
El turista dudo y por ultimo decidió ser sincero.
- La verdad es que no mucho. Estaba tan ocupado tratando de cuidar de la arena, que no tuve oportunidad de mirar lo que usted me señalo.
- Pero… Que barbaridad!... Mire, voy a hacer una excepción. Le voy a llenar otra vez la cuchara, porque es la norma, pero ahora olvídese de cuanto derrama, faltan 12 minutos para que llegue el próximo visitante. Vaya y regrese antes de que el llegue.
Sin perder tiempo, el hombre tomo la cuchara y corrió hacia el altillo, la llegar allí dio una mirada rápida a lo que había y bajo más que corriendo a las mazmorras llenando las escaleras de arena. No se quedo casi ni un momento porque los minutos pasaban y prácticamente voló hacia el pasaje debajo de la escalera, donde al inclinarse tratando de entrar se le cayo la cuchara y derramo todo el contenido. Miro su reloj, habían pasado 11 minutos. Dejo otra vez sin ver las maquinas y corrió hasta el hombre de la entrada a quien le entrego la cuchara vacía.

- Bueno, esta vez sin arena, pero no se preocupe, tenemos un rato. ¿Qué tal? ¿Disfruto la visita?

Otra vez el visitante dudo unos momentos.
-La verdad es que no-contesto por fin-. Estuve tan ocupado en llegar antes que el otro, que perdí toda la arena pero igual no disfrute nada.
El hombre de la falda encendió la pipa y le dijo:
-Hay quienes recorren el castillo de su vida tratando de que no les cueste nada, y no lo pueden disfrutar. Hay otros tan apresurados en llegar pronto, que lo pierden todo sin disfrutarlo. Unos pocos aprenden esta lección y se toman su tiempo para cada recorrido. Descubren y disfrutan cada rincón, cada paso. Saben que no será gratuito, pero entienden que los costes de vivir valen la pena.
A veces es mejor dejar que las cosas ocurran, sucedan, cada una a su tiempo y nunca empujemos el río.

Este es el texto y como he dicho antes nos tiene que hacer más conscientes de la vida, del aquí y ahora y estar dispuestos a pagar los costes que ello supone. Merece la pena y en eso consiste la vida. No dejemos que se nos escape y vamos a echarle coraje para disfrutarla en plenitud.

Abrazos cálidos para estos fríos.
Iñigo