sábado, 21 de agosto de 2010

El Eco

Hola de nuevo.


Bueno aunque este jueves no pudimos leer el texto porque nos centramos en otras historias (cambiar hábitos, sensaciones y emociones, la base de cualquier adicción, las dificultades de la rehabilitación, simplificar el tema, apoyarnos en lo que nos ayude y deshechar lo que no nos sirva en este proceso...) os pongo uno de los que os pase que no me acuerdo donde lo pude encontrar trasteando por internet.
Ahí va.

El eco
Un hijo y su padre estaban caminando por la montaña. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: ¡AAAhhhhhhhhhhhhhhh!

Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo en algún lugar en la montaña: ¡AAAhhhhhhhhhhhhhhh!

Con curiosidad, el niño gritó: ¿Quién eres tú? Recibió como respuesta: ¿Quién eres tú?

Enojado con la respuesta, gritó: ¡Cobarde! Recibió como respuesta: ¡Cobarde!

Miró a su padre y le preguntó: ¿Qué sucede?

El padre sonrió y dijo: Hijo mío, presta atención.

Y entonces el padre gritó a la montaña: ¡Te admiro!
La voz respondió: ¡Te admiro!

De nuevo el hombre gritó: ¡Eres un campeón!
La voz respondió: ¡Eres un campeón!

El niño estaba asombrado, pero no entendía qué sucedía.

Luego el padre explicó: 
La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida... Te devuelve todo lo que dices o haces... Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia... Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te devolverá exactamente aquello que tú le has dado.

Tu vida no es una coincidencia... Es un reflejo de ti. Alguien dijo: Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites.

Pues eso centrarnos en nosotros y en lo que emitimos porque eso es lo que generamos.
Buena semana y grande.
Iñigo


sábado, 14 de agosto de 2010

Quemar las naves

Saludos a tod@s
Vuelvo con el texto de esta semana. Lo encontré en esta dirección
http://reflexionesdiarias.wordpress.com/2007/08/23/quemad-las-naves/

La historia algunos la atribuyen a Hernan Cortes, o al Imperio Romano conquistando Bretaña. Pero lo importante es su mensaje y nos habla de cerrar puertas al pasado para garantizarnos el éxito. ¿Que vamos a hacer para quemar nuestras naves?. ¿Para que el camino emprendido no tenga marcha atrás?. No vale con quemar algunas. Todas, en esto no hay términos medios.

Quemar las naves

En el año 335 AC, al llegar a las costas de Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas. Al desembarcar comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad tres veces mayor a su gran ejército. Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha. Habían perdido la fe y se daban por derrotados. El temor había acabado con aquellos guerreros invencibles.

Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves. Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían en el mar, reunió a sus hombres y les dijo: "Observen como se queman los barcos. Esa es la única razón por la que debemos vencer ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con sus familias nuevamente ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar. Caballeros: cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos".

Cuántas veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atado a lo seguro nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en lo más profundo de nuestros corazones. Cuántas veces la seguridad de poseer algo nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir mucho más. Cuántas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance, nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso y en monotonía. Debemos saber que perseverando todo puede lograrse, que el amor y la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras vidas si así lo deseamos. Que las personas perseverantes inician su éxito donde otras acaban por fracasar. Que ningún camino es demasiado para un hombre que avanza decidido y sin prisas, teniendo claros sus objetivos.

El ejército de Alejandro Magno venció en aquella batalla regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.

Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo. Quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado. La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales, todo está a tu alcance. Tú puedes plantearte las metas y los objetivos que deseas. Las condiciones para lograr éxitos nos son siempre fáciles. No hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, tener fe, luchar, creer siempre, no rendirse y jamás volver la espalda.

Pues eso. A trabajar duro y a creer en que conseguiremos nuestras metas, no rendirnos y no volver la espalda. Cerrar todas las puertas que nos conectan con nuestro infierno personal que estamos dejando atrás.
Un abrazo y a seguir.
Iñigo


jueves, 12 de agosto de 2010

Vídeo inspirador

Este es el enlace al video comentado. Debajo del mismo os aparece para poner el lenguaje que por defecto esta en off. Darle al spanish y a disfrutarlo. Espero que os guste.
Saludos

miércoles, 11 de agosto de 2010

Cambiar

Buenas de nuevo.
Esta semana hablamos de cambiar. De la necesidad de reestructurar nuestras vidas para orientarlas hacia nuevas direcciones que nos hagan más felices.
Dejar de mirar al pasado y replantearnos las cosas. Sabiendo que tiene un coste pero que merece la pena. Superemos esos miedos y lancémonos a la piscina evitando las ataduras del pasado.
El texto de esta semana esta sacado de la web

Los pimientos rojos

En el curso de un viaje, Mulla Nasrudin (el tonto en los cuentos sufis) llega a un pueblo. En el mercado, se queda pasmado delante de un tenderete de frutas exóticas, desconocidas, que encuentra de lo más apetitosas. Le dice al vendedor:

- Estas frutas me parecen excelentes. ¡Póngame un kilo!

Se marcha muy contento con su compra. Un poco más lejos, le hinca el diente a una de estas frutas rojas, pero al instante siente que la boca le hecha fuego.

Se pone rojo. Sus ojos lloran y sin embargo continúa comiendo. Un transeúnte, que le está mirando desde hace un momento, le aborda:
- Pero ¿Qué hace usted?

Creía que estas frutas eran muy buenas. Pensando que no iba a tener bastante con una sola, he comprado un kilo.
- Comprendo, pero ¿por qué se empeña usted en comérselas? Son pimientos rojos, y son terriblemente fuertes.

- No son los pimientos de los que yo me como ahora, añade Mulla, sino mi dinero

¿Cómo interpreta este cuento Alejandro Jodorowsky?

Dice: “Uno ha hecho grandes esfuerzos para conseguir una situación o para formar una pareja u otra cosa y sin embargo se ha equivocado, pero insiste: uno se obstina en comerse los pimientos. En esta historia, los pimientos representan el esfuerzo que se ha realizado. No somos lo bastante humildes pera reconocer que hemos cometido un error. Continuamos invirtiendo todo lo que poseemos en los pimientos.

Si uno quiere cambiar, en un momento dado, hay que ser lo bastante humilde para decirse: “Me he equivocado. He comprado un kilo de pimientos que no puedo comerme, pues me hacen daño. Los dejo y empiezo otra cosa”.

“He pasado treinta años con esa mujer” o ” He pasado veinticinco años llevando esta estúpida vida”. “Tienes dos soluciones: o volver a empezar tu vida o no poner fin a esta relación pero reorganizarla”.

Cuando se han pasado muchos años con alguien, es preciso reajustar la pareja. No continuar con una vieja organización que no se corresponde y a la realidad presente.

Uno mismo le dice:
Me había propuesto en mi juventud un ideal para mi familia, pero han pasado los años y los intereses han cambiado. No puedo seguir viviendo de este modo: voy a reorganizarlo todo”

Pues animo y hasta mañana de nuevo.
Iñigo