Hola
Ya estamos aquí tras otra sesión de jueves que nos ha permitido utilizar nuevas tecnologías siempre teniendo claro nuestro objetivo. Ayudarnos en nuestro proceso de rehabilitación. Hemos leído y hablado sobre dos textos. Ahí va el primero.
Con el agua al cuello
Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel Maestro vivía, el hombre finalmente pudo dar con él, para buscar la solución a sus problemas...
- "Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no se que más hacer para salir adelante"
El sabio le dijo:
- "Puedo ayudarte con esto... ¿sabes remar ?"
Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre empezó a remar hacia el centro a pedido del maestro.
- "¿Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida?" - dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
- "Sigue, sigue -dijo éste- que debemos llegar al centro mismo del lago".
Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo:
- "Arrima tu cara todo lo que puedas al agua y dime qué ves...".
El hombre, pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro todo lo que pudo al agua, aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo esto. De repente, el anciano le empujó y el hombre cayó al agua. Al intentar salir, el sabio le sujetó su cabeza con ambas manos e impidió que saliera a la superficie. Desesperado, el hombre manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua. Cuando estaba a punto de morir ahogado, el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote. Al llegar arriba el hombre, entre toses y ahogos, le gritó:
- "¿Está usted loco? ¿No se da cuenta que casi me ahoga?".
Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó:
-"¿Cuándo estabas abajo del agua, en qué pensabas, qué era lo qué más deseabas en ese momento?".
-¡¡En respirar, por supuesto!!
- "Bien, pues cuando pienses en triunfar con la misma vehemencia con la que pensabas en ese momento respirar, entonces estarás preparado para triunfar...".
Es así de fácil (o de difícil). A veces es bueno llegar al punto del "ahogo" para descubrir el modo en que deben enfocarse los esfuerzos para llegar a algo.
Este es el texto y que nos permite reflexionar. De nuestro tocar fondo como momento para tomar la decisión y poner todas las energías en vivir. De aprender de nuestra experiencia para cuando queramos conseguir algo pongamos todas nuestras fuerzas y cabeza en ella como forma de garantizarnos el éxito. Enfocarnos de manera obsesiva como forma de salir. Concentrar nuestra energía. En nuestro caso en nuestro principal objetivo rehabilitarnos. Ahí deben dirigirse nuestras fuerzas, como cuando nos estábamos ahogando y queríamos respirar y no pensábamos en mas.
En fin. Merece la pena.
Saludos y muchos ánimos.
Iñigo
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