jueves, 3 de febrero de 2011

Herramientas

Hola de nuevo.

Otra entrada para comentar la sesión del jueves. Empezar diciendo que he estado muy a gusto y me ha parecido muy centrada y positiva. quizás porque nos hemos referido muchas veces a una de mis métaforas favoritas en este proceso de rehabilitación, las herramientas. El texto encontrado en esta dirección http://www.capacitacion-juegos.com.ar/cuentohachero.htm  ha sido el siguiente:

El hachero esforzado
Había una vez un hachero que se presento a trabajar en una maderera.
El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aun y así el hachero se decidió a hacer un buen papel
El primer día se presentó el capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona.
El hombre entusiasmado salió al bosque a talar.
En un solo día cortó 18 árboles
Te felicito -dijo el capataz- sigue así
Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente, así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo el empeño no consiguió cortar más que quince árboles.
Me debo haber cansado- pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer se levantó decidió batir su marca de dieciocho árboles.
Sin embargo al día siguiente no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron siete , luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear el segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba la límite de desfallecer.
El capataz le preguntó:
¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?
-¿ Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles 
A. Beauregard

Este texto nos ha permitido explorar muchas ideas, ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, aprender a usar las herramientas, utilizar la cabeza para ello, no tener prisas y la paciencia, ser francos, aprender a vivir con lo que tenemos, con el bosque que nos ha tocado cortar, vivir el momento sin preocuparnos por todos los arboles que nos quedan por cortar ni por los que no hemos cortado ayer, aprender a afilar el hacha como tarea que aunque parece no productiva es absolutamente necesaria. En fin ahí queda eso. 
Seguimos esa tarea de construir y personalizar nuestra caja de herramientas. Nos dotamos de aquellos instrumentos que nos van a ser útiles y que nos pueden ayudar en nuestro camino. Para ello debemos tenerlas en buen estado para cuando las necesitemos podamos usarlas en condiciones. Así que manos a la obra.
Yo de momento voy a afilar mi hacha (dormir) que mañana tengo arboles que cortar. Sin prisa pero sin pausa.
Un abrazo y ya nos contaremos que tal.
Iñigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario