Hola de nuevo.
Para esta semana hemos leído un texto de Ricardo Ros (El proceso de duelo)para reflexionar sobre el duelo, las perdida de seres queridos, el sufrimiento y el proceso que conlleva. Os pongo un fragmento del mismo:
La mayor parte de las personas pasamos por varias etapas:
Primero negamos el hecho de la muerte, negamos la posibilidad de que no tengamos nunca más la opción de estar con el ser querido, negamos que en algún momento podamos recuperarnos de esta pérdida.
En una segunda etapa nos enfadamos con nosotros mismos por no haber sabido cuidar bien al ser querido o por no habernos dado tiempo a demostrarle que lo queríamos. También puede haber enojo contra los médicos que no supieron salvarle la vida, contra la propia persona fallecida por abandonarnos o incluso contra Dios por permitir tanto sufrimiento.
La tercera etapa es de compromiso. Llegamos a un compromiso con nosotros mismos y con el mundo.
La cuarta etapa es de aceptación. Aceptamos que la persona fallecida sigue estando “viva” dentro de nosotros, que nos ha dejado su cariño, que somos parte de ella, a través de todo lo que hemos sentido, vivido y amado a través de ella cuando estaba viva.
Esa es la clave. Una vez que aceptamos la muerte, la persona querida vuelve a estar viva para nosotros, la sentimos en nuestro interior, oímos sus consejos, sus experiencias, sus vivencias. Ya no nos viene a la mente el momento de la muerte, la enfermedad, el velatorio, el funeral, el entierro, sino que recordamos situaciones en las que la persona amada estaba viva y nos transmitía sus sentimientos hacia nosotros. Recordamos escenas que nos producen paz, bienestar, salud.
Bueno este es parte del texto que nos ayuda a comprender el proceso de duelo. Las diferentes formas de afrontar las perdidas, el dolor que todas ellas conllevan y las dificultades. Pero también nos ayuda a entendernos mejor y a reflexionar sobre nuestras vidas. Llegar a esa aceptación que nos ayude y nos sirva para tirar adelante. Al final hablar y reflexionar sobre estas cosas nos tiene que llevar a un compromiso con la vida. Aprovechemos los momentos y a las personas. Vivir plenamente.
Abrazos y hasta la semana que viene.
Iñigo
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