domingo, 24 de febrero de 2013

La gran oportunidad de tu vida


Buenas
Para esta semana una propuesta sacada del inspirador libro de Joaquin Llorente Piensa es Gratis

Es el Principio 54 y dice así:
Si ante cada reto actúas como la gran oportunidad de tu vida, al final acabarás encontrándola.
Además de dos manos, dos pies y un mínimo sentido del equilibrio para transportar unos platos, aquella joven de Bogotá tenía algo que jamás había visto antes: era la mejor camarera que he visto en mi 

Llegaba a la mesa sonriendo, te explicaba con alegría lo que ibas a comer, te deseaba con una visible sinceridad que ojalá te gustase mucho, cuando le pedías algo daba la impresión de que tú eras el único cliente del restaurante, en ningún instante sentías que estaba trabajando y cuando al final traía la cuenta, miraba a toda la mesa con alegría desbordante y decía que le había encantado servirnos y preguntaba si nos veríamos pronto.

Cuando al cabo de tres meses volví, ya no estaba. Un amigo me comentó que trabajaba de maître en uno de los restaurantes más modernos de este pujante y vitalista ciudad.

Aquel patito feo bogotano quería triunfar, y en vez de maldecir o ir tirando de su empleo como hacían todos sus compañeros, decidió potenciarlo hasta transformarse en un cisne para los clientes. Era muy consciente: el que en aquel momento era su escenario, si no hacía nada, probablemente lo sería para el resto de sus días. Por eso descargaba en cada uno de sus actos y gestos toda su energía y talento. ¡Felicidades, princesa!

Ahora, cualquiera que sea tu edad, por un momento imagina que por circunstancias que no vienen al caso acabas de conseguir lo máximo a lo que en este momento podrías aspirar: hoy mismo empiezas a trabajar de camarera o camarero.

¿No te gusta? Prefieres ser el maître: ningún problema, adjudicado.

¿Te parece poco? No te preocupes: acabas de comprar el restaurante. Mañana será tu primer día de cierre de caja.

¿Tampoco te va? ¡Jo, qué gente más importante que está leyendo este libro! A ver…, acabas de comprar una cadena de 20… no, mejor de 125 restaurantes en todo el país. ¿Con eso ya te calmas?

Pues bien, cualquiera que sea de tu posición, y puesto que no tienes otra, la elegida va a significar el gran reto de tu vida.

Si la aceptas como fin de trayecto, nada que añadir. Si por el contrario crees que donde estás hoy es un peldaño de una escalera de la que ni llegas a imaginar el fin, te quiero pedir que cada día pienses por un instante en la camarera patito feo de Bogotá.

Muy interesante el texto. Toda una propuesta para involucrarnos de lleno en la vida y poner pasión y energía a las cosas que hacemos. Como si fuesen nuestra gran oportunidad para conseguir lo que queremos. Yo voy a probar. Y gracias a Joaquin Llorente por su inspiradores libros Piensa es gratis y Tu puedes que recomiendo leer. 

Un abrazo 
Iñigo

viernes, 15 de febrero de 2013

Talento


Buenas otra vez
Un Microcuento de Alejandro Jodorowsky:

El talento

- Maestro, tengo un problema con mi hijo
- Me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.

- ¿Qué harás? – dijo el maestro

- ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!

- Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo.
- Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo.

Interesante. Propuesta para enfocar nuestros talentos, resaltar en lo que brillamos, en lo que destacamos, en lo que somos buenos. Que tal si nos centramos en ellos y trabajamos con la constancia de una rana en la nata para mejorarlos y brillar. Merece la pena el esfuerzo. Animo.

Saludos
Iñigo

viernes, 8 de febrero de 2013

Lo que opinan los demás


Buenas de nuevo
Pequeña historia con sus reflexiones. 

Caminando con un burro
Había una vez un anciano y un niño que viajaban con un burro. Caminaban los dos al lado del animal y, cuando atravesaron un pueblo, un grupo de niños se rió de ellos gritando:
- ¡Mirad qué par de tontos, tienen un burro y van los dos andando! ¡Por lo menos el viejo podría subirse a él!
Entonces el anciano se subió al burro y los tres compañeros de viaje siguieron su marcha. Sin embargo, al pasar por otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron:
- Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el pobre niño caminando…
Así que el anciano y el niño intercambiaron sus posiciones. Al llegar a la siguiente aldea, nuevamente, la gente comentó:
- ¡Esto sí que es intolerable, el muchacho sentado en el burro y el pobre anciano caminando al lado!
Puestas así las cosas, tanto el anciano como el niño se subieron al burro. Poco después se cruzaron con un grupo de campesinos por el camino, quienes al verles dijeron:
- ¡Es vergonzoso lo que hacéis! Vais a reventar al pobre animal.
Así que el anciano y el niño decidieron cargar al burro sobre sus hombros, pero entonces la gente se mofó de ellos diciéndoles: 
- Nunca vimos una gente tan boba. Tienen un burro y en lugar de montarlo, ¡lo llevan a cuestas!

Fue entonces que el asno se revolvió con fuerza y se desplomó, hallando la muerte. El anciano, apenado, instruyó al muchacho:

- Querido mío, si escuchas las opiniones de los demás y les haces caso, acabarás más muerto que este burro. ¿Sabes lo que te digo? Cierra tus oídos a la opinión ajena. Que lo que los demás dicen te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón.


Interesante historia para buscar y escuchar nuestra voz. Esta bien y es conveniente escuchar las opiniones de los demás pero no podemos basarnos en ellas para decidir. A veces por miedo, por quedar bien, por no ser desagradables por...mil razones renunciamos a nuestro yo y con ello vivimos la vida de otros. Haz lo que creas conveniente para ti sabiendo que siempre va a ver alguien al que no le va a gustar, es el precio que hay que estar dispuesto a pagar.
¿que opinais?
Adelante
Un abrazo 
Iñigo

viernes, 1 de febrero de 2013

Disparando a la luna


Buenas
Esta semana una pequeña historia con una gran idea detrás. Es de Alejandro Jodorowsky y dice así:


El arquero y la luna

Un arquero quiso cazar la luna.
Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro.
Los vecinos comenzaron a burlarse de él.
Inmutable, siguió lanzando sus flechas.
Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.”

Interesante reflexión sobre la utilidad de ser ambiciosos en los objetivos y la necesidad también de ser perseverante. Dos ideas claves que nos pueden mover hacia nuestra mejor versión. Decidamos con ambición cual es nuestra luna y no defallecer en el intento de cazarla. Quizás no lo consigamos pero...

Un abrazo
Iñigo