Buenas.
Otro jueves mas...que, a pesar de no estar dentro del guión, nos enredamos un poco y generamos un debate que nos permite escuchar diferentes reflexiones en torno a nuestra enfermedad y nuestro grupo y sus dinámicas. Nos puede valer para repensar las cosas empezando por las más básicas. Reafirmarlas, mantener nuestro camino, renovar la decisión y cuestionarnos los aspectos de nuestras dinámicas que podemos mejorar.... y sobre todo actuar.
"Se el cambio que quieras ver en el mundo" siempre me ha parecido una frase atinada de Gandhi y que apela a nuestra pequeña (gran) responsabilidad en mejorar contribuyendo de esta manera a la mejora del mundo.
El texto que esperaba comentar lo entregamos el 3 de diciembre y os lo pongo para darle un poco de vueltas. Es una reflexión sobre el perdón extraída del blog Tocando otros palillos.
Otro jueves mas...que, a pesar de no estar dentro del guión, nos enredamos un poco y generamos un debate que nos permite escuchar diferentes reflexiones en torno a nuestra enfermedad y nuestro grupo y sus dinámicas. Nos puede valer para repensar las cosas empezando por las más básicas. Reafirmarlas, mantener nuestro camino, renovar la decisión y cuestionarnos los aspectos de nuestras dinámicas que podemos mejorar.... y sobre todo actuar.
"Se el cambio que quieras ver en el mundo" siempre me ha parecido una frase atinada de Gandhi y que apela a nuestra pequeña (gran) responsabilidad en mejorar contribuyendo de esta manera a la mejora del mundo.
El texto que esperaba comentar lo entregamos el 3 de diciembre y os lo pongo para darle un poco de vueltas. Es una reflexión sobre el perdón extraída del blog Tocando otros palillos.
El perdón
Un día, el Maestro nos pidió de tarea que lleváramos patatas y una bolsa de plástico.
Nos dijo que pusiéramos en la bolsa de plástico una patata por cada persona a la que guardábamos resentimiento y escribiéramos su nombre en ella. Nos pidió que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de patatas en la mochila.
¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!
Naturalmente la condición de las patatas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa a todo momento, me demostró claramente el peso que cargaba a diario en mi corazón y en mi vida debido al resentimiento.
También aprendí, como mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla, desatendía cosas que eran más importantes para mi. Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagaba por no perdonar algo que ya había pasado y no podía cambiarse.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que los primeros beneficiados somos nosotros mismos.
Todos tenemos patatas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.
La falta de perdón, es como un veneno que tomamos diariamente a gotas, pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces al primero que tienes que perdonar es a ti mismo, por todas las cosas que no fueron como hubieras querido que fuesen.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó.
Simplemente significa, dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. El perdón rompe las cadenas y lo hace verdaderamente libre: “perdonar es el valor de los valientes”
“Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar".
Gandhi
Pues eso. Este es el texto que nos permite mirar a nuestro pasado de una forma más tolerante y a esforzarnos por desprendernos de esos resentimientos que nos queman y minan nuestra persona. Dejemos de hacernos daño y perdonemos a los demás y sobre todo a nosotros mismos. Reconciliemonos con ese nuestro pasado sin las ataduras de esas emociones negativas. Desde la aceptación y sobre todo desde la imposibilidad de cambiarlo. Nuestra acción ahora es enfocarlo de una manera sana.
Bueno pues un abrazo y muchos ánimos.
Iñigo
 

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