jueves, 9 de junio de 2011

La rana hervida

Hola de nuevo.
Otra semana por aquí aprendiendo lecciones de utilidad a través de los textos. Esta semana esta sacada de Gestiopolis


La parábola de la rana hervida
Si ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda tranquila.
Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados, la rana no hace nada, e incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y finalmente no está en condiciones de salir de la olla. 
Aunque nada se lo impide, la rana se queda allí y se cocina. ¿Por qué? Porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales. 
Todo cambio es estresante por definición. Aun cuando sea bien recibido, todo cambio altera la estabilidad. Para afrontar cualquier cambio debemos entender y manejar el estrés que inevitablemente se presenta en nuestra vida. Todos podemos regular el grado de estrés que experimentamos, manejando la cantidad de cambio que estamos dispuestos a tolerar. 
Es importante entender que cualquier cambio puede producir consecuencias tanto deseables como indeseables. Trabajando con personas que están viviendo circunstancias traumáticas, como un incendio o un desastre natural, los profesionales han aprendido que las crisis pueden tener consecuencias positivas o negativas. Cuando atravesamos una crisis, la consecuencia puede ser el deterioro en nuestra capacidad de funcionar eficazmente. O, por el contrario, puede ser un mejor funcionamiento y un mayor desarrollo de nuestras potencialidades. 

Toda crisis implica desequilibrio y cambio. Todo depende de la forma como la afrontemos y nos sobrepongamos a ella. 
Hay incluso crisis que se pueden percibir como ataques a nuestra misma esencia psicológica. Lo que en ese momento el destino nos exige es una redefinición de nosotros mismos, un redescubrimiento de significado, y una renovación de nuestro compromiso con lo que hayamos elegido como lo más importante de nuestra vida.


Dos importantes lecciones:
Aprender de las crisis para transformarnos y crecer. Que nos permita desarrollarnos y ser mejores personas.
Aprender a tener cuidado ante los primeros indicios de riesgo. Cuando empezamos a tener temporada rara, ideas no adecuadas, pensamientos recurrentes, emociones negativas intensas...., esto es cuando empieza a subir la temperatura del agua en la que estamos. No esperar, tomar medidas, actuar, poner las alarmas en marcha, no aguantar...Corremos el riesgo de que siga subiendo la temperatura y acabar cocinados.
Estupendas lecciones a tener en cuenta y que hemos aprendido en la reflexión entre todos. Muchas gracias por ello.
Un saludo y muchos ánimos. 
Iñigo

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