sábado, 30 de junio de 2012

Paciencia

Hola
Esta semana le dejamos la palabra a Jodorowski en el siguiente texto:


¡Paciencia!
Un hombre estaba encarcelado de por vida en lo alto de una torre. Como no aceptaba esta separación, su mujer tomó la decisión de ayudarle a escapar. Cogió un escarabajo y tras haber atado con delicadeza un hilo de seda extremadamente delgado al insecto, untó sus antenas con un agota de miel. Lo depositó al pie de la torre, con las antenas dirigidas hacia lo alto. El insecto, en su afán de alcanzar la miel, trepó tanto que llegó a la ventana del prisionero. Éste, tras haber dejado libre al escarabajo, tiró el hilo de seda. En su extremo había atado otro hilo algo más grueso. Seguía a este un hilo bramante, una cuerdecilla y finalmente a la cuerdecilla una sólida cuerda que el hombre fijó en el interior de su celda y utilizó para descender de la torre y huir con su mujer.

Ciertos conocimientos se adquieren a pequeñas dosis. La imagen de la prensa en la que uno hace un agujerito es una buena metáfora. Al comienzo el agua simplemente gotea, luego el gota a gota se convierte en un hilillo de agua. Acto seguido, se transforma en un arroyuelo y, por último, el embalse se queda sin agua.
A veces, es preciso comprometerse en una acción o en un trabajo paso a paso, con paciencia y sin afligirse por la falta de resultados inmediatos. ¡Paciencia! Una paciencia infinita ante tus amigos, ante la realidad.
Alejandro Jodorowsky
http://planocreativo.wordpress.com/category/cuentos/

Muy inspirador y nos impulsa a comprometernos en esas acciones pequeñas, poco a poco, con pasos firmes sabiendo que los resultados llegarán. No son inmediatos pero si sabemos mantenernos, si tenemos paciencia ante la realidad los resultados llegan.
Y esto ¿como se practica?. Pues supongo que trabajando, en la acción, en el momento, comprometiéndonos y relajándonos. 
Un abrazo y mucha paciencia.
Iñigo

viernes, 22 de junio de 2012

El Oro

Buenas de nuevo.
Otra semana y otro texto. En esta ocasión este:



El oro
Cierto día, dos hombres que se encontraron en la ruta caminaban junto hacia Salamis, la Ciudad de las Columnas. Al mediodía llegaron hasta un ancho río sin puente para cruzarlo. Debían nadar o buscar alguna otra ruta que desconocían.
Y se dijeron: “Nademos. Después de todo el río no es tan ancho”. Y se zambulleron y nadaron.
Y uno de los hombres, el que siempre supo de ríos y rutas de ríos, de pronto, en el medio de la corriente, comenzó a perderse y a ser arrastrado por las impetuosas aguas; mientras, el otro, que nunca antes había nadado, cruzó el río en línea recta y se detuvo sobre un banco. Entonces, viendo a su compañero luchando aún con la corriente, se arrojó otra vez al agua y lo trajo a salvo hasta la orilla.
Y el hombre que había sido arrastrado por la corriente dijo:
- ¿No habías dicho que no podías nadar?
- ¿Cómo es que cruzaste el río con tanta seguridad?
- Amigo -explicó el segundo hombre-, ¿ves este cinturón que me ciñe? Está lleno de monedas de oro que gané para mi esposa y mis hijos, todo un año de trabajo. Es el peso de este cinturón el que me condujo a través del río, hacia mi esposa y mis hijos. Y mi esposa y mis hijos estaban sobre mis hombros mientras yo nadaba.
Y los dos hombres continuaron su camino juntos hacia Salamis.


Interesante historia con varias lecciones. Una puede ser la de tener cuidado cuando nos sentimos ya sabios y que conocemos las respuestas. Siempre podemos aprender y no nos dejemos llevar por la arrogancia. Mantengamos la humildad del alumno.
Y tambien la fuerza poderosa de un objetivo y una visión importante. Si tenemos en la mente esa idea motivadora que nos impulse será más fácil sortear las dificultades. 
¿cual es tu idea por la que estás dispuesto a luchar?
Ahí queda eso. Nos vemos la semana que viene.
Iñigo

sábado, 16 de junio de 2012

Presente

Hola de nuevo
Esta semana nos centramos en el aquí y ahora. En vivir el momento como forma de centrarnos y focalizarnos. Como forma de vivir. Uno de los cuentos esta sacado del libro de Ramiro Calle 101 Cuentos Clásicos de la India y es el siguiente:



Vivir el presente
Era un yogui muy anciano.
Ni siquiera él mismo recordaba sus años, pero había mantenido la consciencia clara como un diamante, aunque su rostro estaba apergaminado y su cuerpo se había tornado frágil como el de un pajarillo. Al despuntar el día se hallaba efectuando sus abluciones en las frescas aguas del río.
Entonces llegaron hasta él algunos aspirantes espirituales y le preguntaron qué debían hacer para adiestrarse en la verdad.
El anciano los miró con infinito amor y, tras unos segundos de silencio pleno, dijo:
- Yo me aplico del siguiente modo:
- Cuando como, como.
- Cuando duermo, duermo.
- Cuando hago mis abluciones, hago mis abluciones.
- … y cuando muero, muero.
Y al concluir sus palabras, se murió, abandonando junto a la orilla del río su decrépito cuerpo.
Maestro: La verdad no es una abstracción ni un concepto. Cuando la actitud es la correcta, la verdad se cultiva aquí y ahora, de instante en instante.


En fin. Estamos aquí y ahora es el momento. Vamos a centrarnos con toda nuestra atención. Que no se nos escape la vida sin vivirla porque estamos angustiados por el pasado o preocupados por el futuro.  Vamos a trabajar en ello y hagamos ese esfuerzo por estar presente. Si estamos en la playa estamos en la playa. 
Abrazos 
Iñigo

sábado, 9 de junio de 2012

Miau


Buenas,
Otra semana con otro texto. Ahí va:

Miau
Un samurai, feroz guerrero, pescaba apaciblemente a la orilla de un río. Pescó un pez y se disponía a cocinarlo cuando el gato, oculto bajo una mata, dio un salto y le robó su presa. Al darse cuenta, el samurai se enfureció, sacó su sable y de un golpe partió el gato en dos.
Este guerrero era un budista ferviente y el remordimiento de haber matado a un ser vivo no le dejaba luego vivir en paz.
Al entrar en casa, el susurro del viento en los árboles murmuraba miau.
Las personas con la que se cruzaba parecían decirle miau.
La mirada de los niños reflejaba maullidos.
Cuando se acercaba, sus amigos maullaban sin cesar.
De noche no soñaba más que miaus.
De día, cada sonido, pensamiento o acto de su vida se transformaba en miau.
El mismo se había convertido en un maullido.
Su estado no hacía más que empeorar. La obsesión le perseguía, le torturaba sin tregua ni descanso. No pudiendo acabar con los maullidos, fue al temploa pedir consejo a un viejo maestro Zen.
- Por favor, te lo suplico, ayúdame, libérame.
El Maestro le respondió:
- Eres un guerrero, ¿cómo has podido caer tan bajo? Si no puedes vencer por ti mismo los miaus, mereces la muerte. No tienes otra solución que hacerte el haraquiri. Aquí y ahora.
- Y añadió: Sin embargo, soy monje y tengo piedad de ti. Cuando comiences a abrirte el vientre, te cortaré la cabeza con mi sable para abreviar tus sufrimientos.
El samurai accedió y, a pesar de su miedo a la muerte, se preparó para la ceremonia. Cuando todo estuvo dispuesto, se sentó sobre sus rodillas, tomó su puñal con ambas manos y lo orientó hacia el vientre. Detrás de él, de pie, el Maestro blandía su sable.
- Ha llegado el momento -le dijo-, empieza.
Lentamente, el samurai apoyó la punta del cuchillo sobre su abdomen. Entonces, el maestro le preguntó:
- ¿Oyes ahora los maullidos?
- Oh, no, ¡Ahora no!
- Entonces, si han desaparecido, no es necesario que mueras.
Maestro: En realidad, todos somos muy parecidos a ese samurai. Ansiosos y atormentados, miedosos y quejicas, la menor cosa nos espanta. Los problemas que nos preocupan no tienen la importancia que les otorgamos. Son parecidos al miau de la historia.
Ante la muerte, ¿qué cosa hay que importe?
Fuente: tradicional Zen, autor desconocido

Interesante historia que nos arranca una sonrisa y nos invita a explorar nuestros miaus. Esas ideas que se instalan en nuestra cabeza y nos obsesionan de manera improductiva. No sirven para nada, ocupan tiempo y nos distraen de las cosas que de verdad son importantes y a las que queremos dedicar la atención y las energías. 
¿y esto como se hace?. Ahí queda la pregunta. Vamos a contestarnosla desde las herramientas que podemos utilizar para enfocarnos y despejar nuestra mente de "basura".
Un abrazo y a seguir.
Iñigo

viernes, 1 de junio de 2012

Practicar la felicidad


Buenas

Seguimos dando vueltas a la felicidad. Hemos comentado la entrevista que a Sonja Lyubomirsky le hicieron en la revista XL Semanal. Ya hemos hablado de ella y conocemos un poco lo que dice. Algunas de las propuestas que hace para ser felices están en nuestra mano. Podemos trabajarlas y esto nos ha permitido sacar algunas de las estrategias que utilizamos para mejorar nuestro animo y bienestar.

- Mirar el lado positivo
- Hacer actos de amabilidad
- Agradecer
- Dar

Pequeñas acciones que si las vamos incorporando a nuestra vida la mejoran. Merece la pena. ¿Cuáles vamos a practicar esta semana?

Semana feliz para tod@s
Iñigo